Césare Brandi en su artículo sobre la restauración del Partenón, recogido en la reciente publicación en español "Viaje a la Grecia Antigua" de un conjunto de documentos que escribió entre los años ‘50 y ‘70, nos dice que:
"Un monumento nos lo entrega la historia y cualquier intervención que cambie su aspecto debe estar justificada por razones superiores de estética o de conservación. Pero dichas razones y la forma con la que son llevadas a cabo no deben servir para borrar la historia, es decir el tiempo que ha pasado sobre el monumento; ni tampoco para sustituir su aspecto... Ésta calamidad (la explosión) no hacía incomprensible el monumento que, incluso la persona más inexperta, podía reintegrarlo mentalmente... Un irrazonable amor y un irracional ciego impulso de deformar la restauración en lo que la constituye como restauración, es decir, conservación y no paso del tiempo al revés, ha llevado a estudiosos y autoridades griegas, no creemos que de pleno acuerdo, a endosarse la responsabilidad de la reconstrucción del lado norte del Partenón"
Este artículo se refiere a la restauración del lado norte realizada entre los años 1922 y 1933. En dicha intervención se levantaron las columnas para unir los dos fragmentos en los que había sido separado el templo a causa de la explosión del siglo XVII. Esta restauración se realizó, lógicamente, con los materiales de la época (cola, cemento, hierro) lo que provocó no pocas alteraciones al mármol que sujetaba o consolidaba.
Pero Brandi no rechazaba dichas restauraciones por razones técnicas sino por razones estéticas y conceptuales. Alegaba que el dejar una hilera de columnas que no sujetaban nada, “como un peine” iba contra los conceptos básicos de la arquitectura griega, y que aquello no era una anastilósis (reposición de los elementos originales en su lugar, con la asistencia de piezas nuevas, reconocibles), sino que era una reconstrucción con toda la carga negativa que tiene el concepto.
¿Qué pensaría ahora Brandi de las intervenciones que se están haciendo en la actualidad en el Partenón?
En realidad nunca, desde el siglo XIX tras la independencia griega, el más singular de los edificios de la cultura occidental, ha dejado de tener obras de restauración. Desde los años 80 se están realizando obras para precisamente eliminar los elementos ajenos al original colocados en las restauraciones anteriores (cada época aporta sus materiales y conocimientos y pretende hacerlo lo mejor que sabe). Estas restauraciones1 consisten fundamentalmente en realizar la reconstrucción completa de cada una de las piezas mediante el sacado con molde del roto y la reconstrucción de lo que falta y su posterior pasado de puntos (mediante un pantógrafo) para ajustarlo a la perfección en el original y colocarlo de ésta manera en su sitio. Parece una locura pensar en la restauración de ésta zona del edificio en el que hay que identificar y clasificar trozos y fragmentos esparcidos por la bomba del siglo XVII, y llevados y traídos por turistas románticos, arqueólogos y restauradores (y aquí no hablaré del oportunista Lord Elgin, para embrollarlo aún más con cuestiones diplomáticas).
Lo interesante de dichas obras son los estudios que a raíz de las intervenciones han arrojado datos que probablemente nunca hubieran sido conocidos, y en ella están investigando arqueólogos, arquitectos, geómetras, restauradores, científicos… y que en la Acrópolis (y en otros sitios arqueológicos griegos como por ejemplo en Epidauros), se están formando y desarrollando maestros marmolistas de una categoría extraordinaria.
Pero fundamentalmente se está recuperando un monumento extraordinario, y si, volviendo para atrás una historia que fue y conviene recordar, pero que no merece ser contada mediante la exposición de los despojos de tan valioso gigante. ¿Por qué no se van a poder cerrar los muros y completar las columnas y cerrar los techos, cuando el Partenón es precisamente un edificio modular y es sobradamente conocida su estructura y sus curiosos secretos?
Os sugiero que para elaborar vuestras propias opiniones veáis este vídeo:
y leáis este libro:
- BRANDI, C. Viaje a la Grecia Antigua, Ed. Elba, Barcelona 2010.
"Un monumento nos lo entrega la historia y cualquier intervención que cambie su aspecto debe estar justificada por razones superiores de estética o de conservación. Pero dichas razones y la forma con la que son llevadas a cabo no deben servir para borrar la historia, es decir el tiempo que ha pasado sobre el monumento; ni tampoco para sustituir su aspecto... Ésta calamidad (la explosión) no hacía incomprensible el monumento que, incluso la persona más inexperta, podía reintegrarlo mentalmente... Un irrazonable amor y un irracional ciego impulso de deformar la restauración en lo que la constituye como restauración, es decir, conservación y no paso del tiempo al revés, ha llevado a estudiosos y autoridades griegas, no creemos que de pleno acuerdo, a endosarse la responsabilidad de la reconstrucción del lado norte del Partenón"
Este artículo se refiere a la restauración del lado norte realizada entre los años 1922 y 1933. En dicha intervención se levantaron las columnas para unir los dos fragmentos en los que había sido separado el templo a causa de la explosión del siglo XVII. Esta restauración se realizó, lógicamente, con los materiales de la época (cola, cemento, hierro) lo que provocó no pocas alteraciones al mármol que sujetaba o consolidaba.
Pero Brandi no rechazaba dichas restauraciones por razones técnicas sino por razones estéticas y conceptuales. Alegaba que el dejar una hilera de columnas que no sujetaban nada, “como un peine” iba contra los conceptos básicos de la arquitectura griega, y que aquello no era una anastilósis (reposición de los elementos originales en su lugar, con la asistencia de piezas nuevas, reconocibles), sino que era una reconstrucción con toda la carga negativa que tiene el concepto.
¿Qué pensaría ahora Brandi de las intervenciones que se están haciendo en la actualidad en el Partenón?
En realidad nunca, desde el siglo XIX tras la independencia griega, el más singular de los edificios de la cultura occidental, ha dejado de tener obras de restauración. Desde los años 80 se están realizando obras para precisamente eliminar los elementos ajenos al original colocados en las restauraciones anteriores (cada época aporta sus materiales y conocimientos y pretende hacerlo lo mejor que sabe). Estas restauraciones1 consisten fundamentalmente en realizar la reconstrucción completa de cada una de las piezas mediante el sacado con molde del roto y la reconstrucción de lo que falta y su posterior pasado de puntos (mediante un pantógrafo) para ajustarlo a la perfección en el original y colocarlo de ésta manera en su sitio. Parece una locura pensar en la restauración de ésta zona del edificio en el que hay que identificar y clasificar trozos y fragmentos esparcidos por la bomba del siglo XVII, y llevados y traídos por turistas románticos, arqueólogos y restauradores (y aquí no hablaré del oportunista Lord Elgin, para embrollarlo aún más con cuestiones diplomáticas).
Lo interesante de dichas obras son los estudios que a raíz de las intervenciones han arrojado datos que probablemente nunca hubieran sido conocidos, y en ella están investigando arqueólogos, arquitectos, geómetras, restauradores, científicos… y que en la Acrópolis (y en otros sitios arqueológicos griegos como por ejemplo en Epidauros), se están formando y desarrollando maestros marmolistas de una categoría extraordinaria.
Pero fundamentalmente se está recuperando un monumento extraordinario, y si, volviendo para atrás una historia que fue y conviene recordar, pero que no merece ser contada mediante la exposición de los despojos de tan valioso gigante. ¿Por qué no se van a poder cerrar los muros y completar las columnas y cerrar los techos, cuando el Partenón es precisamente un edificio modular y es sobradamente conocida su estructura y sus curiosos secretos?
Os sugiero que para elaborar vuestras propias opiniones veáis este vídeo:
y leáis este libro:
- BRANDI, C. Viaje a la Grecia Antigua, Ed. Elba, Barcelona 2010.
1. El 1 de diciembre con motivo de la conmemoración de los diez años de la
declaración de los monumentos romanos de Tarragona como Patrimonio de la Humanidad,
declaración de los monumentos romanos de Tarragona como Patrimonio de la Humanidad,
visitó Tarragona la profesora de la Universitad Técnica de Creta, Fani Mallouchou-Tufano,
Miembro de la Commissione per la Conservazione dei Monumenti dell’Acropoli (ESMA) y expuso un interesante resumen de las obras de restauración del Partenón.
Miembro de la Commissione per la Conservazione dei Monumenti dell’Acropoli (ESMA) y expuso un interesante resumen de las obras de restauración del Partenón.
3 comentarios:
¿el video?
Si no lo puedes ver en el blog, este es el enlace:
http://www.youtube.com/watch?v=MLCW0zKR4xk&feature=player_embedded
Es importante conservar sitios históricos del mundo y por eso es clave restaurar algunos lugares. Con lan en argentina me fijo de llegar a distintas ciudades que tengan mucha historia y poder ver en que forma se encuentra y el estado en que estan
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